El precio o coste de la muerte: entierro, incineración y otros servicios funerarios

La muerte de un ser querido es algo triste y que perturba nuestro estado emocional. Lamentablemente, las empresas de seguros y de servicios funerarios aprovechan para su lucro la situación donde la combinación de mal estado de ánimo, poco tiempo y rara vez estudiado tranquilamente con antelación al ser algo desagradable, promueve aceptar abusos como elevados precios, falta de transparencia y sobrecostes inesperados sin la merecida crítica. Incluso allí donde este servicio fundamental es ofrecido por una empresa pública, los precios son injustificadamente altos. Las organizaciones de defensa de los derechos de consumidores y usuarios han denunciado frecuentemente esta situación y sutilmente la información de la administración pública avisa "puede ocurrir que se tomen decisiones poco meditadas que supongan un gasto excesivo o que conlleven la vulneración de sus derechos" (Trámites que se deben realizar tras el fallecimiento de un familiar).

No contrates un seguro: Evita a toda costa contratar un seguro (de defunción, de vida o similar) porque eleva mucho los costes. La empresa del seguro (de defunción, de vida o de lo que sea) simplemente hace de intermediaria entre la persona y la empresa de servicios (en este caso, empresa de servicios funerarios), introduciendo un sobrecoste de lucro para enriquecimiento de la empresa de seguros, de forma que siempre resulta más caro que la relación directa sin intermediarios. Contrata directamente a una empresa de servicios funerarios, a ser posible la mejor tras pedir presupuesto. Excepto seguros obligatorios por ley como el servicio obligatorio de responsabilidad civil de vehículos y posiblemente seguros ante acontecimiento extraordinarios (y la muerte no lo es, porque morirse en una certeza), no deberías contratar nunca un seguro (así, de camino que ahorras dinero, evitas contribuir a alimentar al monstruo de la especulación financiera). Por cierto, las tarjetas de débito (las más populares) suelen tener incluir en la cuota anual obligatoria un seguro de accidentes que cubre el fallecimiento accidental (no enfermedad como infarto o accidente cerebro-vascular) mientras que las tarjetas de crédito (menos frecuentes) suelen añadir un seguro de fallecimiento de carácter básico (una cantidad monetaria que es pagada a los familiares en caso de muerte).

La incineración (o cremación) es generalmente mejor opción que el entierro: más barata, sin costes de mantenimiento y permite depositar los restos donde se desee (en casa o en un lugar especial). Como alternativa a la incineración a alta temperatura, existen propuestas aún no extendidas de emplear un proceso químico (como la "resomación" mediante hidrólisis alcalina) o un proceso físico (como la "criomación": congelación más vibración ultrasónica), o la opción natural del compostaje o "entierro natural".

Y recuerda que como alternativa a los caros tanatorios, están los velatorios en los domicilios y los mortuorios de los hospitales.


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