Todas las personas somos PERSONAS, por encima de cualquier otra cosa. Y por tanto, debe primar el sentimiento de igualdad y fraternidad entre todas las personas. Su quebrantamiento es precisamente la causa de la mayoría de los enfrentamientos, guerras y conflictos violentos. El principio de fraternidad entre todas las personas es un principio fundamental, recogido en el primer artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Junto con el reconocimiento y respeto íntegro de la igualdad de derechos, libertades y oportunidades de todas las personas, son las bases fundamentales de la paz social y el bienestar de todas las personas. Discriminación es percibir al conjunto de personas como dividido en categorías o grupos diferenciados, lo que permite establecer diferencias en derechos, libertades y oportunidades, contrariamente al sentimiento universal de igualdad y fraternidad entre todas las personas. Esto debe ser rechazado, y por tanto:
En consecuencia, también han de rechazarse tajantemente las desigualdades de derechos y las jerarquías o relaciones de poder que se construyen sobre estas discriminaciones (y por supuesto, la violencia y agresiones físicas y psicológicas): discriminación contra las mujeres (10, 11, 12), esclavitud, segregación "racial" (sistema de castas, apartheid,...), etnocidios ("genocidios"),... incluida la violencia de pareja, familiar, doméstica, laboral y escolar, así como otras violaciones de derechos como p. ej. los derechos sexuales y reproductivos (en forma de violencia sexual, mutilación genital, embarazos forzados, abortos forzados, esterilización forzada y matrimonios forzados y precoces). E igualmente deben rechazarse las nuevas discriminaciones promovidas por contraposición a las discriminaciones más generalizadas históricamente: el hembrismo como discriminación contra los varones a la inversa del machismo (no confundir con el feminismo, que es el movimiento que defiende la no discriminación contra las mujeres –por cierto, siendo el feminismo una postura anti-discriminación su defensa no recae exclusivamente en mujeres al igual que el machismo no es exclusivo de hombres–), la heterofobia/heterosexofobia como postura contra la heterosexualidad a la inversa de la homofobia/homosexofobia (que es la postura contra la homosexualidad), el racismo contra "los blancos" como discriminación a la inversa del racismo contra "los negros",... Es fundamental concienciarnos de que debemos rechazar el uso de los extendidos prejuicios, estereotipos, clichés y afirmaciones no basadas en datos objetivos, frecuentemente repetidos de forma irreflexiva como verdades aunque carezcan de fundamento objetivo, que justifican las discriminaciones (nótese que mientras en las discriminaciones más tradicionales –machismo, homofobia/homosexofobia, xenofobia,...– suelen ser usados por el grupo social discriminador contra el grupo social discriminado para denigrarlo socialmente y justificar la discriminación, en el caso de algunas de las nuevas discriminaciones –como el hembrismo– se usan con cierta frecuencia para la auto-victimización buscando promover una sensación generalizada de "deuda social histórica" que se traduzca en beneficios discriminatorios –la aberrante "discriminación positiva"– al mismo tiempo que incentiva el odio contra quienes identifican como grupo tradicionalmente discriminador que ahora convierten en el discriminado y blanco de su discriminación –"los hombres" en su conjunto en el caso del hembrismo–). En la mayoría de los países la tarjeta o documento de identificación personal (pasaportes y visas/visados en el caso de personas extranjeras) aún incluye como dato supuestamente básico el sexo o identidad sexual y en muchos países también la "raza" o etnia. Esto es injustificable, una tarjeta o documento de identificación personal debe incluir solamente el identificador personal (en lenguaje natural –nombre de la persona–, en código –el correspondiente número o código único personal–, y la firma o rúbrica –grafo que por la estocasticidad o aleatoridad de su creación original, al estar basada en los rasgos personales de escritura, suele considerarse identificatorio–), los rasgos objetivos que permiten identificar a la persona (fotografía, huella dactilar, altura y quizás algún rasgo biométrico más basado en el iris, manos u orejas, en un futuro posiblemente también ADN –DNA en inglés–), contacto para notificaciones (habitualmente se usa la dirección del domicilio, en un futuro posiblemente también número de teléfono personal o correo electrónico) y por razones legales de Derecho internacional, la(s) nacionalidad(es). No es justificable la inclusión del sexo o identidad sexual y la "raza" o etnia porque siendo rasgos muy susceptibles de utilización discriminatoria, su utilidad en identificación personal tiene problemas fundamentales (subjetivos, modificables,...) y en la práctica no mejoran la capacidad identificatoria respecto a la mucha más informativa fotografía y rasgos biométricos. Nota: La promoción de la discriminación en sus distintas formas (sexismo, racismo, nacionalismos / territorialismos,...) fomenta psicológicamente el desprecio, el rechazo y el odio que pueden expresarse en forma de violencia, agresiones, intimidaciones y acoso contra parte de la población, por lo que está siendo progresivamente incorporada a los ordenamientos jurídicos penales, p. ej. el Código Penal Español en su Artículo 510 condena el fomento, promoción o incitación directa o indirecta (también mediante la producción, elaboración, distribución o la facilitación del acceso, distribución o difusión de materiales o soportes) del odio, hostilidad, discriminación o violencia contra personas o parte de la población por motivos de discriminación sexista, racista, xenófoba,... o quienes públicamente nieguen, trivialicen gravemente o enaltezcan estos delitos o sus autores promoviendo o favoreciendo un clima de violencia, hostilidad, odio o discriminación.
[1] Es importante diferenciar la independización regional respecto de los nacionalismos. Los nacionalismos se caracterizan por la exaltación de las características "identitarias" de la "identidad nacional" o "identidad grupal" como lengua, religión,... para discriminar "nosotros" respecto a "los demás" / "los otros". La independización alude al deseo de las personas que viven en una región de separarse como país independiente y autónomo respecto de otro dentro del cual se encuadran. Las personas de cualquier región tienen el derecho de poder optar libremente por la organización social-espacial que quieran, con la condición de respetar los derechos humanos. Ojo, que quienes tienen derechos son las personas como individuos y no los "territorios", "naciones", "pueblos" y otros entes abstractos. Ejemplos de independización regional son los países surgidos tras el proceso de descolonización de los diferentes continentes invadidos por potencias europeas. Llamativamente, en países monetariamente ricos de Europa y Norteamérica existen movimientos nacionalistas que reclaman la independización de algunas regiones, aunque a diferencia de los anteriores, por motivos puramente económicos y de "identidad" por razones lingüísticas y/o religiosas, lamentablemente difundiendo una visión segregacionista y discriminatoria en lugar de avanzar socialmente hacia un mundo más ético y justo (sin fronteras ni barreras que dividan al conjunto de las personas, que fomente el sentimiento universal de igualdad y fraternidad entre todas las personas, enfatizando lo que todas las personas compartimos y tenemos en común). Un concepto emparentado en algunas circunstancias con el de independización regional es el indigenismo. Las grupos indígenas que viven apartados del sistema económico global y tienen poco o ningún contacto con el resto de la población del planeta tienen unos derechos
reconocidos (aunque frecuentemente no respetados) frente a la explotación, usurpación y expulsión de las tierras donde ellos viven
y sus recursos por intereses de poderosos terratenientes y grandes empresas que esgrimen la bandera del desarrollo económico y el aprovechamiento de los recursos "infrautilizados" (ver casos concretos en Survival).
[2] La "identidad grupal" es la "expresión amable" o eufemismo usada por sus defensores para denominar lo que es el resultado de una discriminación social (que éticamente no debería existir). En el caso de los nacionalismos / territorialismos se fabrica (y difunde) en el imaginario social la "identidad nacional" o "identidad grupal" en función de aspectos "raciales", lingüísticos y/o religiosos ("los nuestros", y por exclusión se construye "los otros" como el conjunto que engloba al resto de las personas), de igual forma a cómo se construye la "identidad racial" en los racismos (es más, los nacionalismos son simplemente un tipo de racismo). Si rechazásemos y nos opusiéramos a la idea de "identidades grupales" impediríamos la mayoría de los enfrentamientos, guerras y conflictos violentos porque para existir requieren que se perciba al conjunto de personas como dividido en categorías o grupos diferenciados, subrayando lo que nos diferencia en lugar de lo que compartimos y tenemos en común, levantando barreras y divisiones, rompiendo el sentimiento universal de igualdad y fraternidad entre todas las personas. Porque los enfrentamientos, guerras y conflictos violentos se fundamentan en la división del conjunto de las personas en grupos (países, regiones, grupos religiosos, lingüísticos o étnicos,...) que se enfrentan. La generación de fractura social en una población humana se inicia con la creación y difusión de la diferenciación entre "nosotros" y "los otros" para luego generar una creciente discriminación contra "los otros": diferencia en el trato social cotidiano, que progresa a desprecio, rechazo, marginación, exclusión y odio, discriminación que si logra respaldo legal conduce a la desigualdad de derechos legalmente reconocidos y ampara la generalización de la violencia, intimidaciones, agresiones, persecuciones, expulsiones y asesinatos. Los nacionalismos, como todos los racismos, son un veneno para los derechos humanos y la paz, debemos rechazarlos, debemos rechazar todas las ideologías que fomentan percibir al conjunto de las personas como divididos en "razas" y/o "culturas".
Los nacionalismos / territorialismos suelen ser fácilmente reconocibles por la mayoría de las personas cuando se identifican claramente con un movimiento político. Pero hay nacionalismos / territorialismos cotidianos que pasan mucho más desapercibidos. Un contexto donde lamentablemente abundan las "identidades grupales" de estilo nacionalista/territorialista bajo una falsa apariencia inocente son las competiciones deportivas (que suele conllevar de partida componentes de enfrentamiento, competencia y enemistad a un nivel superior al de otras pruebas comparativas como los concursos). Solo dos apuntes a modo de ejemplos:
La siguiente tabla proporciona ejemplos cotidianos para promover la desaparición de las discriminaciones.
PD: Como propina, una película para reflexionar sobre la "identidad grupal": "La ola" ("Die Welle" en alemán, 2008), basada en el experimento "La Tercera Ola" del profesor de historia Ron Jones en el instituto "Cubberley High School" de Palo Alto (California, Estados Unidos de América) en 1967 con la finalidad de ilustrar de forma práctica el surgimiento y extensión del nacional-socialismo (popularmente conocido como "nazi" o "nazismo") en Alemania con el gobierno de Adolf Hitler.
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