En "Breve introducción a la historia de GNU/Linux y las distribuciones" decía que la evolución de GNU/Linux ha sido una creciente mejora de la experiencia de uso. Dicha afirmación es necesario matizarla, pues que defienda las transcendentales ventajas que aporta el software libre no significa dejar de ser crítico también con él, y es que en lo que respecta a los sistemas de escritorios (algo fundamental pues supone la principal interfaz de trabajo con el ordenador o computadora) en los últimos años se ha perdido mucho de lo que se había ganado. Diferentes personas están criticando que "los últimos GNU/Linux está perdiendo el rumbo". Probablemente el ejemplo más ilustrativo es systemd (ejemplo paradigmático de cómo hacer muy mal las cosas, ver críticas aquí, más información aquí) y algunos temas próximos como el abandono de HAL (una herramienta de gran valor que ha sido abandonada a favor de una plétora incoherente de pequeñas aplicaciones dispersas carentes del enfoque conjunto y global de HAL, que posteriormente están siendo engullidas por el monopolio systemd). Hay ejemplos de gran pérdida de facilidad de uso basada en
argumentos falaces ("incorporar nuevas características avanzadas"), como el
abandono de GRUB-1 por un nuevo GRUB-2 mucho
más complicado de configurar (incluso en los aspectos más simples) para
los usuarios normales (las nuevas características avanzadas se podrían
haber implementado de otras formas). Y justo en sentido contrario, proliferan injustificables pérdidas de características para "simplificar" buscando supuestamente mejorar la facilidad de uso, siendo el ejemplo más ilustrativo la absurda moda de simplificación extrema de interfaces (eliminación de menús, iconos y accesos rápidos a funciones) que siguen las últimas versiones de muchos navegadores web: Opera, Chrome, Firefox, Internet Explorer,... Algo especialmente reseñable para quienes hemos usado durante años el que ha sido el mejor navegador web, Mozilla Firefox, que en los últimos años en lugar de añadir nuevas capacidades y mejorar la existentes, las han ido ¡quitando! p. ej. la eliminación de (en lugar de mejorar) la genial característica de videoconferencia nativa en el navegador (WebRTC) en septiembre de 2016 con la versión 49, la eliminación del soporte para todos los complementos y extensiones (con la excepción del privativo y en declive Adobe Flash Player) en marzo de 2017 con la versión 52, la eliminación del soporte de RSS (una herramienta de excepcional valor), la eliminación de características del maravilloso editor HTML con la versión 64,... A lo largo de la historia de GNU/Linux, la experiencia del usuario con el escritorio experimentó una mejora continúa hasta aproximadamente 2007. En ese año KDE-3, el escritorio más completo y configurable de todos los sistemas operativos, andaba en sus versiones 3.5.7-3.5.8 (ya muy maduro y estable), por su parte GNOME-2, con su característico panel, estaba en sus versiones 2.18-2.20 (también bastante madura), y los vídeos mostrando los espectaculares efectos visuales de Compiz Fusión dejaban asombrados a todas las personas que descubrían que el escritorio de GNU/Linux, en lugar de ser tosco y rudimentario como se habían imaginado, resultaba ser el más avanzado de todos los sistemas operativos (basta con hacer una búsqueda de "Compiz Fusión" en Youtube para comprobarlo).
El desarrollo de Compiz Fusión se paralizó a finales de 2008 por discrepancias entre sus desarrolladores acerca de cómo organizar el proyecto, luego continuó como Compiz pero la mayoría de las distribuciones GNU/Linux retiraron su apoyo al proyecto (existe un proyecto para mantenerlo vivo, Compiz Reloaded, que ha recibido lamentablemente poco apoyo al menos hasta recientemente). Ese mismo año también se produce el abandono de todo KDE-3 por el equipo de desarrolladores de KDE para enfocarse en la creación desde cero del escritorio KDE Plasma (KDE-4 y luego KDE-5) desperdiciando los recursos en reinventar la rueda: el escritorio resultante de KDE-4 y KDE-5 emula a KDE-3 con carencias notorias y añadidos cuestionables:
Tres años después, los desarrolladores de GNOME sufren una enajenación mental que no solo iguala a la sufrida por sus equivalentes de KDE con KDE Plasma 4 sino que la supera. Rompen completamente con el paradigma de escritorio de GNOME-2 y se embarcan en GNOME-3 con la interfaz "GNOME-3 shell" pensada para los nuevos teléfonos celulares o móviles capaces de ejecutar sistemas operativos (smartphones) y las tabletas táctiles (tablets): muy simplificada (en el sentido que antes criticábamos a los navegadores web), desaparecen la mayoría de menús y se reduce mucho las posibilidades de configuración, centrándose toda la interacción en una serie de iconos grandes y en el paradigma de una sola ventana de aplicación que ocupa todo el área de trabajo. Una interfaz muy simple, enfocada a los dispositivos móviles basados en el uso de pantallas táctiles, más o menos pequeñas y carentes de teclado externo, pero poco útiles en un ordenador o computadora personal. Pero es que, además, un requisito de GNOME-3 es tener aceleración gráfica 3D, cuando no todas las tarjetas gráficas tienen soporte usando solo software libre y no pocas ni usando opciones privativas. ¿Qué reacciones hubo? Haciendo honor al conformismo inculcado en la población, la mayoría de los usuarios de KDE-3 pasaron a usar KDE-4 (y luego KDE-5) y los de GNOME-2 a GNOME-3, con bastante menos crítica de la que se merecía la situación y a pesar de que KDE-4 y GNOME-3 eran dos sistemas de escritorio completamente nuevos y en el caso de GNOME-3 tan completamente diferente que lo único que compartía con su sucesor era el nombre. No obstante, hay quienes no se resignaron a ello. Parte de los usuarios de GNOME-2 pasaron a usar el sistema de escritorio XFCE-4, y por otro lado se inició el proyecto MATE, que continúa el desarrollo de GNOME-2 (aunque solo sus componentes principales). Algunas interfaces construidas sobre GNOME-3 como Cinnamon incorporaron modalidades 2D a través de emulación, pero con pobre rendimiento debido a las propias características de GNOME-3, diseñadas para trabajar con aceleración gráfica 3D. Por su parte, la principal reacción a KDE Plasma ha sido Trinity (Trinity Desktop Environment, TDE), que continúa con el desarrollo de KDE-3 (no limitado solo a sus componentes principales sino también incluye muchas de las aplicaciones que se crearon en torno a él).
Ante este panorama, ¿qué escritorio recomendar? La respuesta, sinceramente, no es fácil en la actualidad. KDE-3 ha sido siempre mi recomendación por ser el escritorio más completo y configurable de todos los sistemas operativos (su único posible rival son las versiones con desarrollo avanzado de KDE Plasma, notablemente más pesadas e inutilizables en ordenadores con varios años). Sin embargo, para usarlo actualmente o bien hay que usar una versión antigua de una distribución como Debian 5 "Lenny" / VENENUX 0.8 (que ya no tienen soporte de corrección de fallos y problemas) o bien hay que instalar Trinity (TDE), el cual lamentablemente tiene absurdamente más fallos que KDE-3 y su desarrollo avanza lento (con el riesgo de que KDE Plasma le pueda llegar a superar en algunos aspectos) debido al gran tamaño del proyecto y el pequeño número de desarrolladores que lo mantienen. XFCE-4 puede ser una buena opción, pero posiblemente se note la ausencia de características y posibilidades de configuración de las que sí dispone KDE-3/TDE y KDE Plasma. Por ejemplo, los mejores exploradores de ficheros disponibles son, con diferencia y sin lugar a duda, los de KDE-3/TDE (Konqueror) y KDE-4/5 (Dolphin y Konqueror), con muchas características que no tiene ningún otro. |
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